miércoles, 17 de julio de 2013

Vienti... diez


Treinta veranos de treinta grados
Treinta "feliz cumpleaños" desafinados
Treinta aniversarios que cada vez importan menos
Treinta agendas vacías de idas y vueltas
Treinta declaraciones de imposibles
Treinta llamadas para hacer del teléfono un suero de vida
Treinta veces tus zapatos (y mi charco a medio llenar)
Treinta cumbres por la paz (donde sea que esta exista)
Treinta trenes de cartagos en su tinta a San José
Treinta libros de contradicciones metafísicas
Treinta veces "ya empezaron las Visitas Navideñas"
Treinta éxodos de caricias sin destino
Treinta Vía Crucis sin resurección
Treinta confesiones con las primeras lluvias de junio
Treinta rostros llorosos por tu despedida
Treinta gloriosos "hasta luego" en tu sombra preferida
Treinta ofertas de fin de semana en el bar que consigás
Treinta procesiones al baño sagrado por tus aguas innundado
Treinta días de la madre, del padre, del niño
y de la puta hostia que nos parió

¿Habré aprendido algo
desde entonces?